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El fraude afecta al segmento del comercio minorista hasta tal punto que pierde miles de millones de euros al año como resultado.

Así lo desvela la plataforma de tecnología financiera Adyen, que ha elaborado el Adyen Index: Retail Report 2024 en colaboración con el Centre for Economic Business and Research (Cebr), del que ha publicado un adelanto.

Los comercios minoristas perdieron 429 000 millones de dólares el año pasado a causa del fraude. Esta cifra corresponde a la situación del sector a nivel mundial. En España, los ataques fraudulentos causaron una pérdida media de 1,3 millones de euros a las empresas. En concreto, el 35 % de las compañías de nuestro país fue víctima en los últimos doce meses de alguna actividad fraudulenta, ciberataques o filtraciones de datos.

La cifra de víctimas en España se ha disparado un 30 % en comparación con lo ocurrido durante 2022. Cabe señalar que incluso quienes preveían incrementar sus ingresos sufrieron pérdidas.

El 41 % de las empresas encuestadas ya se ha planteado buscar otro proveedor de servicios de pago. En España, 1 de cada 2 también ha empezado a planificar cómo cumplir la Directiva sobre Servicios de Pago 3 (PSD3) de la Unión Europea.

A pesar del crecimiento registro en la actividad criminal, dos tercios de las empresas españolas consideran que cuentan con sistemas eficaces para prevenir el fraude.

El caso es que el riesgo de fraude está provocando cambios en el comportamiento de los consumidores a la hora de relacionarse con tiendas físicas y online. El 21 % de los compradores en España confiesa sentirse más inseguro ahora que hace diez años por el riesgo de fraude en los pagos. Esto lleva al 28 % a elegir tiendas que cuentan con mayores medidas de seguridad y, si se trata de internet, un 21 % aprecia que el comercio les pida verificar su identidad al menos de dos formas distintas.

En cuanto a su economía, el 35 % de los consumidores globales fue víctima de fraude el pasado año, ya sea por robo del número de sus tarjetas o de los datos de la cuenta corriente. En 2022 esa cifra era del 23 %.

Las víctimas españolas perdieron de media 670 euros por este fraude en los pagos en 2023, lo que implica un crecimiento del 234 % en comparación con la última encuesta realizada. 

“El fraude es un desafío omnipresente para los minoristas, y los hallazgos de hoy demuestran cómo puede afectar significativamente a los beneficios”, apunta Roelant Prins, CCO de Adyen.

“Los delincuentes están desplegando métodos más sofisticados cuando atacan a las empresas, incluyendo la aplicación de IA y, por lo tanto, es fundamental invertir en mecanismos de defensa adecuados para proteger a la empresa y a los clientes”, señala.

“No existe una solución única para la defensa contra el fraude”, prosigue Prins, “ya que será necesario adaptar una estrategia en función del modelo de negocio y las plataformas utilizadas para realizar las ventas. Con tecnología como las herramientas de aprendizaje automático, los minoristas deberían ser capaces de reconocer a clientes únicos y detectar la actividad fraudulenta a través de sus canales de venta””, señala.

“El aprendizaje automático puede ayudar a analizar conjuntos de datos globales”, profundiza el directivo, “y, por tanto, a mantenerse al tanto de nuevas actividades fraudulentas, garantizando la protección del negocio en tiempo real”.