En el ejercicio 2016 Samsung Electronics ha aumentado su beneficio casi un 20% a pesar de la debacle de las ventas de su negocio móvil tras los problemas del Galaxy Note 7.
Justo estos días el fabricante ha dado a conocer las causas de los problemas de la batería en los terminales de este modelo, que han sufrido incendios, y han provocado su retirada masiva del mercado.
Durante 2016, la división móvil ha caído un 3%, con una facturación de 97.800 millones de won. Esta es la división más grande de Samsung por ventas, pero se ha visto mermada por la ralentización de la demanda mundial de smartphones y el fiasco del Galaxy Note 7.
La compañía ha alcanzado un beneficio neto anual de 22.700 millones de won (19.500 millones de dólares), lo que ha supuesto una subida del 19,2% interanual, con unas ventas de 201.900 millones de won (173.500 millones de dólares), un 0,6% más.
La mayor parte del beneficio de la empresa ha llegado por su negocio de chips de memoria gracias a la fuerte demanda de los fabricantes de teléfonos inteligentes. El gigante surcoreano es uno de los mayores fabricantes de chips de memoria del mundo.
En la división de electrónica de consumo, las ventas apenas han aumentado pero los beneficios se han duplicado a 2.600 millones de won. Samsung ha afirmado que los televisores OLED de gama alta y los televisores de pantallas gigantes, de 4K, serán la clave para el crecimiento en 2017.
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