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Durante el tercer trimestre de este año Amazon ha facturado 20.580 millones de dólares, un 20% más que los 17.090 millones del mismo periodo del año anterior, pero menos que los 20.800 millones que preveían los analistas.

La compañía, además, ha obtenido pérdidas de 437 millones de dólares, mucho más que los 41 millones que perdió hace un año. Diluidas, las pérdidas han sido de 95 centavos por acción, frente a los 74 centavos que preveían los analistas, lo que ha hecho que las acciones de Amazon se desplomaran en Bolsa un 11%.

Los resultados de la compañía no hacen sino reflejar las fuertes inversiones que ha realizado Amazon en nuevos negocios y servicios. Hace unos meses se anunciba la compra de Twitch, una plataforma de streaming de videojuegos por mil millones de dólares, además de haberse lanzado varios nuevos productos, desde tabletas a un nuevo libro electrónico y un smartphone que no ha recibido tan buenas críticas como se esperaba.

Liderada por Jess Bazos, Amazon también se adentraba en el mercado de pagos móviles con Local Register; realizaba pruebas de envíos con drones no tripulados; invertía en el mercado de impresión en 3D con un marketplace que inicialmente ofrece 200 esquemas… y todo esto tiene un coste, el que se ha dejado sentir en los resultados de la empresa.

Amazon Fire es el Smartphone que la compañía lanzó el pasado mes de junio, con pobres críticas y pobres ventas. Relacionado con este dispositivo, Amazon anunciaba un gasto de 170 millones de dólares por “evaluaciones de inventario y costes de compromiso con proveedores”. Es más, al finalizar el trimestre la compañía mantenía un inventario del smartphone de 83 millones de dólares.

Los resultados detallados de la compañía pueden consultarse en su página web.