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2016 tiene el dudoso honor de ser el año con las mayores brechas de seguridad de la historia. Dudoso no sólo porque celebrar este tipo de cosas es cuestionable, sino porque lo más probable es que el reinado sólo dure lo que dure 2017, un año. Y es que si en 2015 se produjeron brechas de seguridad masivas, 2016 ha sido peor, y todo pinta a que el tema empeorará con el tiempo.

Entre las mayores amenazas que podremos esperar en los próximos años, el impacto del Internet de las Cosas. Miles de millones de dispositivos conectados, algunos de los cuales ya se han utilizado para lanzar ataques, ponen los pelos de punta. Esperanzas pocas, porque la prisa por el go-to-market hace que la mayoría de esos dispositivos, desde sensores de temperatura a cámaras web, o cañones de vídeo, lleguen al mercado sin las mínimas medidas de seguridad, como es la posibilidad de cambiar el nombre de usuario y contraseña que tienen por defecto.

Parece que la clave estaría en crear redes diferentes, segmentarlas para que el contacto entre ellas sea mínimo. Pero lo cierto es que queda camino por recorrer, estándares que cumplir y estrategias que planificar. En todo caso, echemos un vistazo a algunas de las brechas de seguridad que más impacto han tenido durante este 2016.