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La última versión de la distribución Linux para el mercado corporativo de Red Hat ya está disponible con mejoras diseñadas para incrementar el rendimiento, la estabilidad y escalabilidad a través de entornos físicos, cloud y virtuales.

La mayoría de las mejoras ya han estado disponibles en la versión beta de Red Hat Enterprise Linux 6.5 desde el año pasado. Entre ellos está la capacidad de que los administradores habiliten o deshabiliten procesadores virtuales (vCPUs)  dentro de la máquina virtual del invitado sin tener que pararla, una opción diseñada para soportar mejor la escala elástica de las cargas de trabajo. Además, el hypervisor KVM soporta ahora instancias de máquinas virtuales con más de 4TB de memoria.

Desde el punto de vista de la seguridad, Red Hat ha dicho que la nueva versión ofrecer acceso centralizado certificado homogéneo para los servicios de seguridad, además de herramientas que soportan la implementación OpenSCAP 2.1 de SCAP (Security Content Automation Protocol), desarrollado por el US National Institute of Standards and Technology (NIST)para la auditoría y la verificación de la configuración de seguridad.

Otra de las mejoras tiene que ver con la escalabilidad del almacenamiento; ahora red Hat Kinux Enterprise 6.5 es capaz de configurar más de 255 LUNs conectados a un único iSCSI. El hypervisor KVM también se integra con volúmenes GlusterFS que proporcionan acceso directo  a la plataforma de almacenamiento distribuido de código abierto que red Hat adquirió en 2011 y que ahora se ofrece como red Hat Storage Server.

La apuesta por el cloud más visible en RHEL 6.5 se deja ver por su integración con dos grandes proyectos de código abierto orientados a la nube: OpenStack y Docker. La presencia de OpenStack no es una sorpresa, y respecto a Docker, es un proyecto de código abierto que permite que cualquier aplicación sea empaquetada y enviada en un contenedor que pueda ejecutarse en casi cualquier entorno