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La Comisión Europea ha abierto una investigación antimonopolio sobre el proceso de normalización de los pagos a través de Internet o también llamada e-pagos, emprendido por el Consejo Europeo de Pagos (EPC).

La Comisión llevará a cabo un examen cuidadoso analizando el mencionado proceso de normalización para garantizar que la competencia no se restringe indebidamente. Según la CE, si es proceso se lleva a cabo de manera incorrecta, podría excluirse a los nuevos operadores y proveedores de pago que no sean controladas por un banco.

La investigación ha comenzado por una queja pero la Comisión no ha querido delatar a la persona o institución que puso cierta queja y se está estudiando, entre otros, a grandes bancos como el BBVA, Deutsche Bank o HSBC.

Joaquín Almunia vicepresidente de la Comisión encargado de la política de competencia, declaró al respecto, estar de acuerdo con el desarrollo de estándares en los pagos por Internet, teniendo en cuenta el aumento de esta práctica y comentó “la necesidad de soluciones de pago en línea seguras y eficientes en toda la zona”, pero añadió que  “tenemos que asegurarnos de que el proceso de normalización no restrinja innecesariamente las oportunidades para los no participantes“.

Según un comunicado oficial, “la Comisión tiene la intención de investigar si el proceso de normalización de los pagos electrónicos no limitará indebidamente a la competencia“, ya que, de ser así, esto podría “perjudicar a los comerciantes y consumidores en el mercado de pagos electrónicos”, vulnerando las normas comunitarias sobre prácticas comerciales restrictivas.

La CE asegura que una normalización es esencial para “promover la integración económica, que se traduce en una mayor eficiencia y mejores precios y servicios para el consumidor”.