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La mayor parte de los fabricantes de televisores se están viendo afectados por la creciente inflación de Estados Unidos y por los problemas fiscales a los que se enfrenta Europa.

Ejemplo de ello es LG Electronics, que ya se ha visto obligada a reducir los pronósticos de ventas que tenia para 2011. En concreto, la compañía considera que sus ventas disminuirán un 20% respecto a lo que se pensaba.

Así, la entidad surcoreana cree que será capaz de comercializar 32 millones de televisiones de pantalla plana, cifra que contrasta con las 40 millones de unidades que LG creía poder vender en un principio.

Pero LG no es la única que reduce sus previsiones de venta. Sony, uno de sus principales competidores, ya ha anunciado que de las 27 millones de unidades de pantallas LCD solo será capaz de comercializar 22 millones.

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