La noticia no pilla por sorpresa a nadie porque el propio protagonista la anunció hace dos años, en junio de 2006. Pero hoy es justo el día D: Bill Gates abandona la presidencia de Microsoft, la compañía que él mismo fundó junto a Paul Allen hace ahora 33 años.
A partir de ahora, el ejecutivo cambiará sus quehaceres diarios como máximo representante de Microsoft por las labores filantrópicas de la fundación que dirige junto a su esposa Melinda.
Así las cosas, hoy también es el día en el que Steve Ballmer, consejero delegado del fabricante desde el año 2000, asume por completo, de forma oficial, las riendas de Microsoft.
La marcha de Gates coincide con un momento en el que la compañía tiene abiertos varios frentes de lucha, la mayoría de ellos relacionados con el avance del software libre y con su propia necesidad de adaptar su modelo de negocio a un Internet que evoluciona constantemente.
En este contexto, el gigante de Redmond ha encontrado un nuevo rival en Google, al que quiso plantarle cara mediante un intento de compra de Yahoo!, el otro grande de las búsquedas.
Por si fuera poco, la última versión del sistema operativo de Microsoft, Windows Vista, no está teniendo los resultados deseados en el mercado.
Las compañías ya tenían una alianza en España.
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