VMware Fusion 3, virtualización de sistema operativo fácil

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VMware Fusion 3, el software de virtualización de escritorio para Mac con el que virtualizar Windows, Linux u otra versión de MacOS, llega para competir directamente con otras soluciones como Parallels Desktop o Sun VirtualBox, ideadas para usuarios finales, aunque también para departamentos de TI que están migrando de PC a Mac pero necesitan mantener en funcionamiento aplicaciones basadas en Windows.

En esta ocasión, VMware ha puesto énfasis en un uso más sencillo, así como en mejorar el trabajo diario con este sistema de virtualización de escritorios. La nueva versión cuesta unos 67 euros por usuario y durante el análisis hemos constatado que se facilita notablemente el proceso de migración de un PC basado en Windows a una máquina virtual para ser ejecutada en un Macintosh.

Este proceso nos llevó 20 minutos aproximadamente, aunque dependerá de la potencia del hardware utilizado en cada caso. Mientras Parallels Desktop ofrece un sistema de tutoriales en vídeo para mostrar el proceso de migración de Windows a Mac de forma sencilla, VMware Fusion 3 incluye algunas funcionalidades avanzadas que lo hacen más completo que la solución de Parallels y también que la de Sun (VirtualBox), por lo que la apuesta de VMware está indicada para usuarios avanzados de Apple.

Fusion es capaz de automatizar la tarea de instalación de aplicaciones y almacenamiento de los datos de los usuarios, por lo que los administradores podrán evitar este proceso y dedicarse a otras tareas más importantes, como el despliegue de otras máquinas virtuales.

Durante las pruebas, la herramienta de migración de VMware Fusion 3 ha sido capaz de virtualizar correctamente un sistema con Windows XP Service Pack 3 que teníamos instalado en un portátil Lenovo ThinkPad X40, gobernado por un procesador Intel Pentium M y con 1 Gbyte de memoria RAM.

El equipo de destino era un MacBook Pro con Snow Leopard, el cual contenía un procesador Intel Core 2 Duo y 4 GBytes de memoria DDR3. Nuestro Windows tenía instaladas aplicaciones tales como Microsoft Office 2003, Mozilla Firefox y un cliente VPN de Cisco, entre muchas otras, pero no fue necesario instalarlas posteriormente una vez ejecutada la máquina virtual en Mac, ya que, como decimos, de ese proceso ya se encarga la herramienta de migración. Por otra parte, tampoco ha sido necesario reactivar las licencias tanto del sistema operativo Windows como del resto de aplicaciones portadas a la máquina virtual.

 

 

 

Virtualizando Windows 7

VMware Fusion permite la creación de dos tipos de máquinas virtuales: las que están integradas con el sistema MacOS o las que se instalan de forma aislada, sin ningún tipo de comunicación entre la máquina host y la virtual.

En nuestro caso, decidimos instalar una máquina virtual con Windows 7 que estuviera integrada con MacOS, lo que permite compartir datos entre aplicaciones de los dos sistemas como si de uno sólo se tratara. En este caso, es muy recomendable el uso de un antivirus, ya que los virus también podrían transferirse entre los dos sistemas. VMware lo sabe, y ha añadido en el paquete una suscripción gratuita de un año de McAfee VirusScan Plus.

Lógicamente, determinadas herramientas que trabajan sobre el hardware directamente, como algunas de las que incorpora el portátil ThinkPad, no han funcionado, pero tampoco han producido ningún tipo de interrupción en el sistema. En este último caso, simplemente se desinstalan desde la máquina virtual Windows para que no consuman recursos.

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